martes, 11 de agosto de 2009

Yogui Bhajan y su Maestro Sant Hazara Singh


A veces, Sant Hazara Singh ponía a sus alumnos en una postura, y los dejaba allí mientras él iba al Mercado, a una distancia considerada. Él podría regresar en la tarde, a las 20:00 hrs. y decir “Hah! Ustedes están haciendo eso todavía. Deben tener hambre. Ahora tenemos tiempo de Langar. Muy bien muchachos! Vayan a tomar una ducha, regresen y coman bien”. Él les permitió sobre cuatro minutos para que se bañen y vistan. Ninguno se atrevió a llegar tarde.


Una vez, sus estudiantes se quejaron que ellos no conseguían hacer las cosas porque no tenían tiempo. Él respondió: “Sí, no hay tiempo. Pero el tiempo no es privado. Ustedes están privados. Y si ustedes no aprenden como conquistar el tiempo, ustedes no quieren tener un espacio con Dios”.


Después de tres meses con Santji, Harbhajan miró a su alrededor y contó a sus compañeros estudiantes. En la primera clase ellos eran sobre doscientos cincuenta. Después de doce semanas de la terrible experiencia con Sant Hazara Singh, había solo setenta y dos de ellos a la izquierda. A Santji fue difícil disciplinarlo. Si en uno de sus mandatos hacía aún un error, él estaba casi seguro de ser expulsado de la Dehra.


Un día, Harbhajan y algunos de los otros vieron como un triste estudiante estaba sentado a los pies de Sant Hazara Singh, agarrándolos y prometiendo no dejarlo nunca. El joven hombre había cometido, obviamente una especie de delito menor y fue horrorizado en la perspectiva de ser enviado a casa. Él gritó y lloró sobre él y se agarró, y se agarró, mientras Santji estuvo paciente y calmadamente inmovilizado. El patético espectáculo continuó por un largo tiempo, sin un final a la vista. Después de ocho horas, la competición terminó tranquilamente cuando el estudiante finalmente se cansó. Cuando el relajó su empuñadura, el maestro sin ceremonias se alejó.


En otro tiempo, durante una clase, un estudiante vino y golpeó su puerta. Santji castigó al joven durante un año porque él había molestado la conversación con el Maestro.


Cada jueves, conocido como “Guruvaar”, el día del Gurú, se permite a los jóvenes hablar con Santji acerca de cualquier cosa que esté dentro de sus mentes. En el siguiente Guruvaar. Ellos preguntaron a Sant Hazara Singh sobre el gran castigo que fue dado hacia aquel estudiante. Ellos sintieron que el castigo de Santji hacia el estudiante fue demasiado severo.


Sant Hazara Singh estuvo inamovible. Él habló a los jóvenes hombres que el estudiante debería tener la cortesía de esperar un guardia y preguntar si era el tiempo correcto para entrar. “Esto también es aprendizaje. Siempre que tú tengas que ir por sabiduría y verdad, debes ser muy humilde. Anda hacia una persona santa y sabia con la mayor humildad posible. Humíllate a ti mismo tanto como tú puedas sentirte realizado”.


Fue muy duro estar estudiando con Santji, pero Harbhajan Singh decidió quedarse y aprender, pase lo que pase.


Alguien le preguntó, “¿No piensas que es muy doloroso?” Harbhajan contestó, “¿Que importa eso? Si este es el modo de ellos de matarme. Moriré. Y estará bien! Por lo pronto seguiré aprendiendo. Yo no me marcharé”.



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