Sirviendo al Maestro
Viviendo con el Maestro también significa sirviendo al Maestro. A menudo, así fue como él enseñó a sus estudiantes.
Santji podría convocar rutinariamente a Harbhajan para alguna tarea u otra cosa. Esto podría suceder en cualquier tiempo, de día o de noche. Una vez, era la medianoche cuando el Maestro dijo: ¡ah, hah! ¡justo te busco!
“¿Que puedo hacer, señor?”
“Necesito yogurt.”
Ahora, en India en esos días, solo había yogurt hecho en casa, y esa clase de yogurt nunca está listo a medianoche. Si Santji preguntaba por yogurt a las cinco o seis de la mañana, Harbhajan Singh podría haber traído un camión lleno. A medianoche, sin embargo, todo el yogurt en el país estaba todavía en incubación. Cada dueña de casa culturalmente había puesto la leche caliente aproximadamente tres horas antes y podría ser otras cinco horas antes de que estuviera listo. Sabiendo esto Harbhajan Singh respondió.
“¿Cuanto quiere usted?”
“Tanto como sea posible”
Aunque Harbhajan pensó durante un momento y terminó, Sant Hazara Singh sabía que era imposible encontrar yogurt hecho en casa a esa hora, pero él estuvo de acuerdo y agradeció y se marchó.
Cinco Horas y media mas tarde, Harbhajan Singh regresó con suficiente yogurt para
En otro tiempo, Santji llamó, “Hey Bhajan, ¿Quisiera usted tener el honor de ir mañana a cepillar a mis dos caballos?”
Harbhajan Singh sabia que cepillar a cada caballo tomaba unas cuatro horas de trabajo. Los dos juntos podrían tomar ocho horas. Él respondió: “Maravilloso Señor. Será un gran privilegio”.
Para el Maestro era bastante habitual añadir alguna condición especial a una tarea difícil. “Oh, a propósito, dos millas desde allí tengo un amigo que tiene a dos burros. ¿Podría usted traerlos? Será un gran privilegio para usted.
“Si señor.” Bajo las circunstancias, ¿que más podría él decir?
Cada vez que Santji lo puso a trabajar, Harbhajan Singh realizaría concientemente todos sus deberes, por mas pesados que estos podrían parecer. Esto significó, en este caso, trabajar sobre ocho horas con los caballos de Sant Hazara Singh, luego ir hacia el próximo pueblo y traer a los burros y caminar con ellos- no sobre ellos, porque esa era la condición- y regresar al Dehra.
Y cada vez, Harbhajan aprendería algo. Ese día, aprendió el valor de una compañía – hasta la compañía de un par de voluntariosos y rebeldes burros-.
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